Techos de cristal y escaleras rotas
Cada 23 de junio celebramos el talento de las mujeres ingenieras. Pero esta fecha también nos invita a poner el foco en todo lo que todavía falta para que su participación en el mundo tecnológico sea plena y equitativa. En este camino, dos imágenes que parecen metáforas pero que son pura realidad siguen marcando la cancha: el famoso "techo de cristal" y la no tan conocida pero igual de real "escalera rota".
El techo de cristal es esa barrera invisible que muchas veces impide a las mujeres llegar a puestos de liderazgo, incluso cuando tienen el talento y la experiencia. La escalera rota, por su parte, se ubica mucho antes: es esa primera gran oportunidad hacia un rol de liderazgo —como un ascenso o una asignación estratégica— que muchas mujeres no reciben. Sin ese primer peldaño, el ascenso se vuelve mucho más difícil o directamente inalcanzable. ¿El resultado? Menos representación femenina en posiciones estratégicas, menos referentes visibles y una desigualdad que se arrastra desde el inicio.
Como bien dijo la politóloga Florencia Freijo durante una charla que compartimos en Bitlogic en el marco del 8M:
Cuando hablamos de techo de cristal no hablamos de una sola barrera, sino de un conjunto de obstáculos estructurales que se vuelven invisibles. No es que una mujer no quiere llegar a un puesto directivo: es que muchas veces ni siquiera el entorno se la imagina ahí.
¿Qué tan altas son las barreras hoy?
Aunque se han logrado avances importantes en materia de igualdad de género, los datos más recientes muestran que todavía queda un largo camino por recorrer. Según el Global Gender Gap Report 2025, ya se ha cerrado un 68,8 % de la brecha global. Sin embargo, al ritmo actual, alcanzar la igualdad económica plena podría demorar más de un siglo: 135 años, para ser exactos.
En el sector tecnológico, la participación de mujeres sigue estancada. Apenas un 27,6 % del workforce global en tecnología está compuesto por mujeres. En STEM, ese número baja aún más: sólo el 22 % de los empleos en países del G20 están ocupados por mujeres. Y cuando se trata de crecer profesionalmente, la escalera empieza torcida: por cada 100 hombres promovidos al primer rol de liderazgo, solo 81 mujeres lo logran. Las probabilidades son aún peores si hablamos de mujeres racializadas o pertenecientes a grupos históricamente subrepresentados.
Hay señales de cambio (y razones para insistir)
Sabemos que las cosas pueden cambiar. Las cifras lo demuestran: en empresas con culturas inclusivas, las mujeres tienen un 61 % más de chances de llegar a roles gerenciales antes de los 30. Es un dato que entusiasma, pero también una señal clara de que el entorno importa, y mucho. Cuando las condiciones acompañan, el talento crece.
En esa misma línea, Florencia Freijo nos recordó durante su charla en Bitlogic:
Las mujeres no sólo enfrentan barreras para llegar arriba, muchas veces ni siquiera logran subir el primer escalón. La falta de oportunidades iniciales es una forma silenciosa de exclusión.
Y si miramos lo que ocurre a nivel local, el panorama refuerza esa idea. Según un estudio de Fundar, las mujeres representan apenas el 30 % del empleo en el sector del software en Argentina, y la mayoría se concentra en roles no técnicos. Es decir: menos posibilidades de crecimiento, menor salario y menor visibilidad. Por eso, reconocer las señales de cambio no implica conformarse, sino redoblar el esfuerzo para que esa transformación llegue a todas.
Y entonces, ¿qué hacemos?
Desde Bitlogic creemos que el cambio no es automático ni espontáneo: se construye con intención, datos y compromiso. Por eso, a través de nuestro programa de Diversidad, Equidad e Inclusión, Breaking Gaps, trabajamos para que la inclusión no sea solo una declaración de principios, sino una práctica concreta. Revisamos procesos, medimos avances, generamos espacios de formación.
En Bitlogic, más del 50 % de los puestos de management y liderazgo están ocupados por mujeres, y nuestro board directivo está compuesto en un 50 % por mujeres. Sin embargo, no escapamos a la media y solo el 30% son mujeres dentro del área técnica. ¿Motivos? Sobre esto algo contamos en este blog.
Sabemos que no alcanza con celebrar un día. Hace falta transformar la cultura, revisar cómo tomamos decisiones, cómo promovemos, cómo seleccionamos talento y cómo acompañamos a las personas en su desarrollo.
Asimismo, estudios afirman que que la diversidad es conveniente en términos de negocio: estudios de McKinsey citados en la industria muestran que los equipos diversos pueden mejorar sus resultados financieros en un 15% en promedio, e incluso hasta 39% más rendimiento en empresas altamente diversas según análisis globales.
Y por eso, desde nuestro lugar, queremos ser parte activa del cambio.
Porque romper techos y reparar escaleras no es tarea de una sola persona. Es una responsabilidad colectiva.
Referencias
- World Economic Forum. Global Gender Gap Report 2025.
- WomenTech Network. Women in Tech Stats 2025.
- UNESCO. Changing the Equation: Securing STEM Futures for Women (2024).
- McKinsey & Company / Fostering Women’s Leadership & Workplace Inclusion | Lean In . Women in the Workplace 2024.
- Fundar. Trayectorias laborales femeninas en la industria del software (2024).