¿Deberían las Universidades comprar una solución SaaS o desarrollar software a medida?
En el camino hacia la transformación digital, muchas universidades se enfrentan a una decisión clave: ¿comprar una solución SaaS ya desarrollada o invertir en el desarrollo de software a medida? Mientras que la primera opción suele ser más rápida y económica, la segunda permite diseñar funcionalidades específicas para los procesos institucionales.
Pero, ¿y si la mejor respuesta está en el medio? Cada vez más instituciones apuestan por un modelo híbrido que combina la compra estratégica de herramientas SaaS con desarrollos propios e integraciones personalizadas.
Comprar una solución SaaS: rápido, probado y eficiente
Hoy en día, muchas universidades optan por adquirir soluciones existentes para resolver necesidades específicas como gestión académica, evaluación, proctoring, CRM o plataformas de e-learning. ¿Por qué?
- Menor costo inicial: Los proveedores ya han invertido en el desarrollo y escalado de la plataforma. Esto permite acceder a tecnologías robustas sin asumir los costos de desarrollo desde cero.
- Implementación más rápida: Una solución SaaS puede estar funcionando en semanas, en lugar de meses o años como ocurre con el software a medida.
- Mejoras continuas: Estas plataformas se actualizan constantemente según la evolución del mercado y la retroalimentación de usuarios.
- Expertise especializado: Muchos proveedores se centran en nichos como educación superior, lo que les permite ofrecer soluciones más sólidas, con base en las mejores prácticas del sector.
Desarrollar software a medida: personalizado, escalable y alineado a la estrategia
Aunque comprar una solución lista suele ser la primera opción, algunas universidades eligen desarrollar software propio cuando tienen necesidades únicas o estrategias diferenciadoras.
Las principales ventajas de esta alternativa son:
- Ajuste total a los procesos institucionales: Desde flujos académicos hasta sistemas de evaluación o vinculación, el software se diseña en función de las particularidades de cada institución.
- Escalabilidad: Un sistema propio puede evolucionar al ritmo de la universidad, incorporando nuevas funcionalidades o integraciones a medida que cambian los requerimientos.
- Diferenciación competitiva: Contar con una plataforma exclusiva puede ser una ventaja frente a otras instituciones con modelos similares.
El mejor escenario: un enfoque híbrido con integraciones
Muchas universidades están optando por una arquitectura modular basada en microservicios, en la que combinan soluciones SaaS especializadas con desarrollos propios. Esto permite:
- Aprovechar lo mejor del mercado: Usar herramientas ya probadas para funciones estándar (como ERP, LMS, CRM, etc.) y enfocarse en desarrollar solo lo que es diferencial para la institución.
- Construir una arquitectura flexible: Los microservicios y las APIs permiten que distintos sistemas convivan de forma integrada y escalable.
- Adaptarse rápidamente al cambio: Con una estrategia de integración clara, es posible incorporar o reemplazar tecnologías sin comprometer toda la infraestructura.
La importancia de una arquitectura tecnológica clara
Ya sea que se opte por comprar o desarrollar, contar con una arquitectura tecnológica bien definida es clave para que las decisiones sean sostenibles a largo plazo. Esto implica:
Definir procesos de negocio antes de elegir tecnología.
Evitar duplicidad de funciones entre herramientas.
Asegurar una visión estratégica que conecte tecnología con objetivos institucionales.
Contar con el acompañamiento de partners tecnológicos que aporten visión y experiencia en educación superior.
Conclusión
La decisión entre comprar un SaaS o desarrollar software a medida no es blanco o negro. En la mayoría de los casos, lo más eficiente es combinar ambas estrategias: aprovechar soluciones robustas existentes e integrar desarrollos propios que respondan a procesos y objetivos únicos de la universidad.
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